viernes, 20 de enero de 2012

¿Qué es más importante?

Por Migue Magnasco
¿Quién puede arrogarse poseedor de un “preocupómetro” que establece prioridades en la atención que debería prestar un ciudadano cordobés a las diferentes problemáticas que andan circulando por los medios de comunicación? Algún amigo comunicador podrá decirme que tiene que ver con la constitución de agendas, en cuanto a relevancias de hechos, según el recorte de cada medio. Y mi pregunta quiere dar de lleno en esa discusión, pero no apunta a los medios masivos, sino a las construcciones y consensos sociales que se realizan mediante cualquier tipo de herramienta comunicacional (por caso las redes sociales), y quisiera complejizar un tanto más. ¿Ese recorte de relevancias subjetivas que edifica cada medio, grupo, persona, etc; hace que el resto de las temáticas que no fueron seleccionadas, sean menos valederas, inexactas, poco importantes y hasta inapreciables?
Durante todo el día de hoy, leí, escuché, y ví, una gran diversidad de posteos en la web, con consignas en defensa de las tierras del pueblo de Famatina en La Rioja. Contexto. Hace ya varias semanas, los pobladores tomaron el acceso al cerro como protesta frente al acuerdo del gobierno provincial (Luis Beder Herrera es el gobernador y proviene del Frente Para la Victoria) con la minera canadiense Osisko Mining Corporation, para su exploración y explotación. La movilización popular sumada a la decisión política de su Intendente (Ismael Bordagaray, también procedente de FPV…las contradicciones que duelen del modelo) de acompañar el reclamo, generó un freno - hasta nuevo aviso - a las operaciones en ese territorio. Punto aparte.
Esa cantidad de publicaciones que estuve observando en las redes sociales, provenían mayoritariamente de personas que viven en Córdoba, ciudad en la que para el día de la fecha, se convocaba una marcha en apoyo al pueblo de Famatina. Y así empezamos, con cita de un Caparrós cada vez más lamentable, el mundo se olvida de todo y DEBE ocuparse únicamente de lo que ocurre en La Rioja. Aquel que ose esbozar una mínima expresión de diferencia de criterios respecto de cuáles son las preocupaciones prioritarias que nos acogen, será tildado de traidoranti-cuidadodelmedioambientequele encantatomarmatesdulcesconlosmaquinistasdeOsiskomientrasayudaacavarpozosconunacucharitaqueserobódelaensaladadefrutaquetedanenelcomedoruniversitario. Eso en la primera exhalación. Mi pregunta respecto a esto es: ¿por qué el reclamo legítimo de una comunidad que se ha organizado férreamente para defender sus intereses, se convierte en ratio essend - razón de ser – de un grupo de personas que vive a 1000 km de distancia, y no en un hecho que funcione como ejemplo generador de iniciativas para la resolución de problemáticas en el propio territorio?
El famatinazo le vino al pelo
A qué apunto con esta última interrogante, debe preguntarse ud. Es bastante sencillo. A solo un mes de su asunción, el Intendente de Córdoba, Ramón Mestre, ha llevado adelante medidas que erizan la piel por su literalidad con las implementadas por gobiernos anteriores que fundieron al país, la provincia, y la ciudad. Asunción, declaración de crisis (exagerada pero mentada expresión a los ojos del relator. La justificación puede encontrarla en la nota anterior de este mismo blog), y aumento tarifario de los impuestos municipales como estreno ilustrativo de lo que vendrá. Acto seguido, pone todo su énfasis gestor en discursos y accionares recurrentes en pos de la privatización de las dos empresas del Estado, TAMSE y CRESE. Aquí hago un stop.
Mientras discutíamos qué estrategia era mejor para que Osisko diera marcha atrás, la ofensiva oficial sobre la prestadora estatal de recolección de residuos y barrido, fue colosal. Desde todos los frentes. El ejecutivo cortó todos los canales de dialogo y en clara provocación, montó un servicio paralelo integrado por funcionarios y militantes de la UCR. ¿Qué clase de actitud es esa? ¿Dónde quedó el “consenso” que tanto reclama el radicalismo en otros estamentos? Sin ánimos de entrar en moralismos políticos, nadie puede negar que una responsabilidad intrínseca a todo gobernante, es sentarse a negociar con las instituciones democráticas representadas en los gremios obreros. Mestre no solo mira para el costado, sino que insinúa una mojada de oreja que parece más una travesura de un niño malcriado, que una conducta política.
Al mismo tiempo, y con una sincronización notable, La Voz del Interior a través de una de sus plumas “consagradas”, Sergio Suppo, escribe el domingo pasado: “Mestre aplicó una receta clásica: provoca un formidable aumento tributario e intenta bajar los gastos laborales”. “Los gastos laborales” a los que se refiere ¿tendrán que ver con los 195 trabajadores cesanteados en la CRESE? No ha de extrañarnos.
Luego continúa: “El esquema de más ingresos y menos egresos fijos incluye tocar la Crese, la empresa que recoge la basura, con casi el doble de personal que la antigua concesionaria Roggio (…) De la Sota y Mestre conformarán una nueva sociedad del Estado integrada por la Provincia, la Capital y las municipalidades del Gran Córdoba. Esa empresa, que sería concesionada a un privado, se encargaría de tratar la basura. Sin inhibición alguna, Suppo adelanta el juego aplicando, al igual que Mestre, una receta clásica: cuestionamiento a la empresa estatal mostrando un déficit, que demostraremos falaz, y visibilización de “la salvación”, el actor de reemplazo, el privado supuestamente benefactor, Roggio. Presenta la propuesta superadora, los actores protagonistas y secundarios, y hasta los maquilladores de turno.
Las cartas están descubiertas. Con torpeza e impunidad La Voz avanza. Pero no será la única, porque una estrategia privatizadora necesita más aristas que machaquen sobre la misma idea. Y para eso aparece en escena el titular de CRESE, Alberto Castagno, quien aseguró el día Miércoles, que la empresa está quebrada y que es inviable. “Supone costos que el municipio no puede afrontar”, sentenció. Mestre toma la pelota en el medio, mete una pared con La Voz del Interior, luego abre la cancha con Castagno, tira el Centrooooo, cabezazo de Roggioooo y goooooooolll!!! Gana la banca. Pierde, como siempre, el punto.
Todo esta jugada perfetamente orquestada, trae sin embargo aparejada una gran contrariedad, consecuente con los fuegos de artificio que empiezan a extinguirse. En 2008, frente al llamado a licitación, se presentaron tres empresas para prestar el servicio: CRESE, Covelia, y adivinen, si, Roggio. Los presupuestos presentados por los tres postulantes fueron los siguientes:
Cliba cobrando un canon de 21,5 millones de pesos cubriendo servicios de barrido y recolección en la zona sur de la ciudad.
Covelia cobrando un canon de 19,5 millones de pesos, cubriendo servicios de barrido y recolección en la zona norte de la ciudad.
Crese cobrando un canon de 14.5 millones de pesos, realizando los siguientes servicios: Barrido, recolección, reciclado, desmalezamiento (parque San Martin), servicios de voluminosos (poda y retiro de arboles), limpieza de bocas de tormenta, limpieza de la cañada, basurales a cielo abierto, escombrera, patógenos, predio de enterramiento y los centros verdes (los cuales son una gran forma de inclusión social; debido a que dan trabajo a más de 300 familias)
Contundente, ¿no? Otra adivinanza muy divertida. ¿Cuál de las tres empresas pertenece al grupo Roggio? Exacto, Cliba. Se empieza a poner oscuro el panorama. Suppo dirá “con casi el doble de personal que la antigua concesionaria Roggio”, sin embargo, dando trabajo a más familias y realizando tareas que Cliba no contemplaba, el gasto de la CRESE es menor al deficit presupuestario que generaría la empresa del grupo Roggio.
El ingrediente final de este coctel antipopular, lo agrega el intendente entre ayer y hoy. Dos nuevos anuncios en el mismo sentido, cierran la semana: una auditoría económica sobre la gestión anterior, por supuesto, mediante una consultora privada, que intuyo obtendrá resultados funcionales a las ideas de la UCR (soy desconfiado por naturaleza periodística); y el traspaso del único hospital municipal a manos del Gobierno Provincial.
Sobre el pitazo final, disparo: ¿No merece toda esta situación algún registro más severo en el consenso de las problemáticas más acuciantes que nos circundan?
Dejo las fuentes:
La nota de Suppo: http://www.lavoz.com.ar/opinion/paciente-se-impacienta
Los dichos de Castagno: http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/fuerte-cruce-numeros-crese
Los datos sobre la licitación de 2008: https://www.facebook.com/#!/surrbacyamsurrbac/posts/367644956584919

jueves, 12 de enero de 2012

VOLVER A LAS BASES

Por Migue Magnasco

Hacía bastante tiempo que no manejaba en ruta. Ese motivo me mantenía lo suficientemente concentrado como para no prestar demasiada atención a los pormenores en las conversaciones de papá, mi novia, y mi hermana. A lo sumo canturreaba alguna parte de las canciones que variaban los climas del periplo, con un momento pico: Nino Bravo cantando "América" (usté lector fíjese, si tiene la oportunidad de escuchar la versión, que el último "américa" de las coristas en el estribillo, es un tanto extraño. Como si dijeran "ameruica", en spanglish, lo que dota de un efecto que denominaré "Rocky IV" a la canción. Quedaría una cosa así: "Amerciaaaa -canta Nino; ahora las coristas- america, AMERUICAAAA" y ahí debería aparecer Apolo Creed bailando con James Brown y la bata del boxeador en colores del imperio. Trompada del Ruso, el comunismo gana; pero no tanto, casi. Claro, el héroe no podía ser negro. Así que Rocky, que encima es italiano coverso a yankee - los conversos son los peores - salva al mundo de los drogadictos, morfinómanos de los rusos, que a parte eran re re malos. Muy groso, no?).

Nuestro destino era Santa Clara del Mar, pequeña localidad, de unos 3 mil habitantes, ubicada a 13 km de Mar del Plata. Durante los 10 días de nuestra visita a la costa, comencé a leer un libro con una vigencia, por lo menos para los que vivimos en Córdoba Capital, notable. Las "Bases para la Reconstrucción Nacional" de Raúl Scalabrini Ortiz recorren una cantidad inmensa de datos sobre dos periodos de despilfarro de lo nacional, 1930 a 1943, y los primeros dos años de la dictadura militar denominada Revolución Libertadora (1956 y 1957). En otro momento, me gustaría referirme con detenimiento a la persona de Scalabrini Ortiz, uno de los más importantes pensadores de la tradición Nacional y Popular, que ha sabido movilizar de manera recurrente el accionar de una diversidad de actores políticos, incluido, por supuesto y salvando las diferencias con cada caso, el mío. No será en estas líneas. Solo diré que hay que estar muy comprometido con el bienestar del país para armar 600 hojas de texto inapelable, en el intento de dejar asentado, con datos y fuentes corroborables, las más insólitas traiciones al pueblo por parte de grupos de poder que no titubearon en regalar con increible premura, años de esfuerzo colectivo y crecimiento de la Nación. Un intento desesperado , casi heróico, por tratar de legar una huella que nos permita no cometer viejos errores.

Volvamos. Cuando hablaba de la vigencia de ese texto lo decía por lo siguiente. El 10 de Diciembre último, Ramon Mestre hijo, asumió como Intendente de la ciudad de Córdoba y como primeras medidas anunció: aumento de tarifas a algunos servicios públicos, y privatización de la única compañia estatal de transporte, la TAMSE (Transporte Automotor Municipal Sociedad del Estado); con un destino augurado en el mismo sentido para el servicio de recolección de la basura (Córdoba Recicla Sociedad del Estado, uno de los pocos aciertos del Intendente saliente, Daniel Giacomino). El motivo expuesto por Mestre tenía que ver con una histórica pero, aún, indemostrada crisis económica del municipio. La lógica subyacente en el discurso del Intendente, es sencilla: la existencia de crisis da luz verde a la implementación de políticas que en un clima de bienestar serían ampliamente repudiadas por el ciudadano cordobés. Lo de Mestre no es una ocurrencia novedosa, es una estrategia que diferentes gobernantes han utilizado. Pero hay matices, claro. Abruptos, según el cotejo. A saber, no es lo mismo que lo dijera Nestor Kirchner en 2003, con el país en niveles estrepitosos de desempleo y pobreza, y un descreimiento extremo en la clase política; a que lo diga Mestre en un clima de prosperidad económica general y restitución de la política como herramienta de transformación.

Scalabrini relata. En 1955, Perón es derrocado por la Revolución Libertadora. El lema "ni vencedores ni vencidos" del Presidente de facto Eduardo Lonardi, tardaría muy poco en ser proscripto por sus propios pares, al igual que el signo político mayoritario de ese periodo histórico, el Peronismo. El asesor económico de la Libertadora era el Doctor Prebisch, presidente del Banco Central en la decada Infame (por esos días el Banco Central, creado por Gran Bretaña, gozaba de una libertad absoluta de acción para los movimientos financieros que realizaba; autonomía que no contemplaba ningún tipo de control estatal y que por contrario servía a Inglaterra de centro de operaciones para sacar dividendos escandalosos de las entrañas Argentinas, sin tener que dar explicaciones a nada, ni nadie. De esa entidad servil, era presidente el Doctor Prebisch). El Plan Prebisch es el motor de las primeras privatizaciones de los capitales nacionales, que luego profundizarían Frondozi y las consecutivas dictaduras militares, con el broche de oro menemista en los 90´. Decía su mentor: "Argentina atraviesa la crisis económica más grave de su historia". Curiosamente el país venía de un proceso de 10 años de crecimiento económico sostenido, con industrialización y pleno empleo, diversificando sus exportanciónes, con un desarrollo notable del mercado interno; ¿Por qué decía esto el Dr. Prebisch? Estaba claro, necestiban un justificativo para desmantelar el país, como lo harían en esos años. En un tandem imparable, la diplomacia inglesa y los angloargentinos, a través de las composición de Sociedades Económicas Mixtas primero (en las cuales el Estado Argentino solo participaba para hacer las inversiones iniciales y de innovación, pero luego no veía un centavo de las ganancias), y posteriormente con las efectivas privatizaciones de los frigoríficos y ferrocarriles entre otros, deshilacharon los avances conseguidos en la decada anterior.

Bajo ninguna circunstancia podrían compararse los dos primeros gobiernos peronistas con la gestión de Giacomino, ni tampoco - esperemos - la Libertadora con un prematuro Mestrismo, pero el recurso utilizado por el actual intendente replica el método. Sin presentación de balances, sin detalles de ingresos y egresos, sin explicaciones minuciosas sobre las medidas, sin ningún tipo de consulta pública, sin nada, se privatiza el servicio y ya. Ni siquiera se presentan los términos de los contratos con los privados, los límites, el control estatal sobre el servicio, las rendiciones de cuentas, una vez mas, nada. Mestre lo sabe, mientras mantenga (con complicidad mediatica a disposición) clima de crisis, se revestirá de mayores licencias para llevar adelante políticas de corte antipopular, que a su vez le resten deberes al ejecutivo municipal.

El transporte público en manos de privados en Córdoba, ha sido la mejor manera de desligarse de esa responsabilidad de gestión propia del municipio. La Dirección de Transportes funciona como defensora de las empresas frente al usuario - lo vivimos en carne propia en el conflicto por el boleto estudiantil -, en vez de lo contrario; y la única legislación en la materia ha tenido que ver con el aumento tarifario, bajo, la gastada pero siempre eficiente, justificación de las dificultades para afrontar pagos de sueldo de los trabajadores. Los trabajadores siempre arrojados al fuego. La empresa pierde algunas ganancias, y parece haber una única salida: tarifazo y condena a los trabajadores. ¿Tan jodidos seremos los usuarios y los laburantes para que los intendentes opten siempre por amparar a los privados?

A pesar de una historia retorcida de privatizaciones, el Intendente reincide y toma esa vía de escape. Que no es más que eso: una vía de escape, con destinos, a juzgar por la experiencia, poco fiables. El esquema de vituperar la gestión estatal en materia de servicios, resulta incomodo y genera interrogantes sobre desenlaces inciertos, en contraste con un modelo nacional de fuerte intervención que demuestra efectividad y solidez. La obra de Scalabrini Ortiz sobrevuela mis ideas, con comparaciones odiosas, pero de una coherencia sin fisura. Actores de tiempos dispares, pero forjados en el mismo molde. Los mismos justificativos, para acciones similares. Solo resta dar vuelta la página para ver los resultados. Hasta tanto, solo podremos transitar lo cotidiano y advertir sobre premisas esquivas e iniciativas que en otras horas, han ido en contra de los intereses nacionales y populares.

Dejo una pequeña biografía de Scalabrini Ortiz escrita por Norberto Galasso aquí abajo

http://www.elortiba.org/sortiz.html